viernes, 9 de noviembre de 2007

Primero el Mono y ahora Polvillo


Unos pocos días antes del asado de los 25 años de la promoción '82, fallecía el inolvidable "Mono" Ardiles. Hace unos días nos dejó "Polvillo" Bravo Figueroa.

Citi Pérez me pide que ponga el siguiente texto, sobre el recordado profe, que apareciera en La Gaceta. Y agrega que los de la promo '81 están cambiando anécdotas al respecto. Si alguien conoce alguna, que por favor la haga llegar.

La foto también pertenece a la Gaceta, a la que desde acá solicitamos permiso para recordar con una de sus últimas imágenes al querido e ilustre profesor.

A los 92 años murió un hombre ilustre de la cultura tucumana

Bravo Figueroa fue presidente de la peña El Cardón durante más de cinco décadas. Fue poeta, periodista y docente. Una larga vida dedicada a la difusión de la actividad intelectual. Un hombre querido.

Falleció el escritor y poeta Gustavo Bravo Figueroa
Sus ojos de 92 años quedaron atrapados en el silencio eterno. Ayer, a las 10.30, se fue un hacedor, un hombre de aquellos que son fundamentales para la cultura, para la sociedad. El escritor, periodista y profesor de Letras, Gustavo Bravo Figueroa fue un hombre múltiple. Durante 53 años presidió la peña cultural El Cardón, de la que fue “el alma”, según sus amigos y compañeros.
Había nacido el 12 de marzo de 1915. Fue el primer egresado varón de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT (1941). En esa casa de estudios se desempeñó como jefe de trabajos prácticos en la cátedra de “Introducción a la Literatura”. Fue cesanteado en 1947 por cuestiones políticas (era militante socialista). Años más tarde, ganó un concurso para reintegrarse pero le opusieron “cuestiones formales” de dudosa índole. Se dedicó entonces de lleno a la enseñanza de la lengua y de la literatura en colegios secundarios (Instituto Técnico, Colegio Sagrado Corazón, escuelas Normal y de Agricultura), donde muchas generaciones de alumnos aún lo recuerdan con cariño.

Fue uno de los fundadores de la peña cultural El Cardón, entidad que presidió entre 1952 y 2005, año en que fue designado presidente de honor, y de cuyas actividades nunca dejó de participar. A fines de la década de 1930 fue cronista en el diario El Orden y fue el primero en entrevistar al filósofo español Manuel García Morente, que se encontraba en la Facultad de Filosofía y Letras dictando un curso de Introducción a la Filosofía y Psicología. Se casó con Nilda Ada Conterno. Es autor de cinco libros, entre ellos, 27 Cuentos del Norte Argentino, Antología de la poesía de Tucumán y Visiones de Amaicha del Valle.

Lo que vale
En una entrevista realizada en 1999, le decía a LA GACETA acerca de internet y de la globalización: “por abarcar mucha información perdemos la profundidad, que es lo que vale. Yo valgo, no por lo que veo en televisión, sino por lo que he leído, por hacer apuntes y tomar notas. La mente humana tiene una limitación para poder asimilar todo lo que viene de afuera”.
Ameno, sencillo, conversador, hospitalario -siempre convidaba con una empanada y una copa de vino-, Bravo Figueroa hizo de la peña El Cardón no sólo su segundo hogar, sino un faro de la cultura y de la amistad.

Su vasta erudición y su relación amistosa con notables intelectuales del país, le permitían abordar diferentes temas con autoridad. “La cultura oficial es un arma de doble filo, porque ahí caemos en que viene el peronismo, el radicalismo y hacen de la cultura una manera de propagar sus ideas”, afirmaba. “No hay nada que hacer: donde entra el gobierno, la cultura desaparece en ese aspecto fundamental que es la autenticidad. La peña El Cardón se mantiene porque no tenemos -salvo esos $ 20.000 que nos dio la Nación hace dos años para hacer arreglos- vinculación con lo oficial. La cultura se hace cuando hay gente desinteresada, que no va a recibir un solo centavo de su trabajo. Yo, hasta ahora, pongo plata”.

Enamorado de Amaicha del Valle, Bravo Figueroa participó activamente de las Jornadas Culturales del Valle Calchaquí. Fue distinguido, en 2005, como “Personalidad ilustre de las letras y de la cultura” por la Universidad Nacional de Tucumán.

Un “cacique” con el que conversar era un lujo
Gustavo Bravo Figueroa era una personalidad de la cultura en Tucumán. Pero sobre todo era un hombre querido y respetado por quienes lo conocieron. “Era un lujo conversar con él. Sus palabras eran un bálsamo de paz en medio de la locura de este mundo”, recuerda Margarita Bravo Figueroa de Saracho, una de sus sobrinas. “Decía que nuestra familia era una tribu, y que él era el cacique -añade-. Además, nunca perdió la vitalidad, nunca se sintió inútil ni cansado. Por ejemplo, el domingo pasado (ya estaba enfermo) pidió que lo lleváramos a votar”.
La vida cultural de Tucumán no será lo mismo sin Bravo Figueroa. En eso coinciden sus amigos y quienes compartieron su actividad en la peña El Cardón. “Mantuvo amistad con novelistas, poetas, artistas plásticos, gente de teatro... todas las expresiones culturales hallaron una resonancia muy grande en su persona”, dijo el filósofo y escritor Gaspar Risco Fernández.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bernardo: Gracias por poner lo del Querido Polvillo. Les cuento que siempre me apasionaron materias como Matemáticas y Física. Odiaba Castellano. Pero Bravo Figueroa era la excepción. Era un gusto estar en una de sus clases, nos enseñaba como quien comparte una charla de amigos. Además de buen docente se notaba que era excelente persona.
Lo que sigue es un texto del Chiquitín Nuñez (Promo 81).


Jenner me sugirió el otro día escribir en fasiculos coleccionables y me agradó la idea. Aquí va una sacada del disco rigido.
Teníamos una prueba con Bravo Figueroa y no sabíamos una poronga. Había que zafar y ganar tiempo. Estábamos en 4º y ese año se jubilaba. Con Eloy maquinamos que yo escriba una poesía y él la leería en clase. Así salió este acróstico (leer primero en vertical con las letras que inician cada renglón).

Quebrados y cubiertos labios tienes,

Ufana risa es la que esbozan.

Emerges tímido tras esos lentes,

Resaltando tu absoluta persona.

Imanes fuertes en el sentido de tus frases,

Dando el máximo de sentimiento que te embarga.

Oirte es sabia decisión a tu confianza.

Parado frente nuestro

Representas ser maestro,

Ofreciendo tus bondades,

Facultando tus pensares.

Estaciones naturales

Saben de tus días.

Olvidos terrenales,

Regresarás algún día.

Preparaste por años juventudes.

Ordenaste en cada uno sus virtudes.

Legaste el amor por el terruñno.

Vivenciaste nuestro ser como
ninguno.

Irás sentado en nuestras mentes,

Libremente viajarés entre tu gente.

Los alumnos te decimos, señor:

Olvidarte, Jamás querido profesor.

Ese día, aparte de suspender la prueba, conseguimos que Polvillo lagrimeara como nunca. UN abrazo para todos.

Anónimo dijo...

Muchachos:
Les paso anedoctas y comentarios del grupo de la Promo 81

De Adrian "Chino" Valoys

Era 1º año C, en el aula de arriba y estábamos leyendo
Cuentos de la Selva, a cada uno le tocaba leer una
estrofa y cuando Polvillo golpeaba con su lapicera el
banco, seguía leyendo el de atrás.
Fila por fila, sin perder el hilo ni el ritmo de la
lectura, si alguno estaba desprevenido o poco atento,
lo salteaba con otro golpe sobre el banco.
Yo me había olvidado el libro!!!!!!!!!! y no tuve
mejor idea que pedirle el libro e Dante Vece que
estaba detrás mio, para leer yo primero y luego
pasarle rápidamente el libro y no se diera cuenta de
mi falta.
Me llegó el turno y el corazón me estaba por estallar,
leí mi estrofa y al terminar le pasé el libro a Dante,
que como era de esperar no pudo encontrar el punto
para continuar.
Se demoró y Polvillo lo pasó con un golpe sobre el
banco, Dante al ver que le metían la goma, lo
interrumpió y le contó lo ocurrido.
Entonces el profesor me dió una lección que nunca
olvidaré: me dijo en tono de voz tranquila pero
segura, "la falta la cometió usted Valoys, pero el que
está aplazado es su compañero....., esa fue la lección
más dura que me pudieron dar.
No me olvido y la agradezco, uno tiene que aprender a
enfrentar sus errores y no comprometer a nadie, y
menos a un compañero.
Gracias profesor.

De Jose "Guaso" Casen

Profesor "Polvillo", para Ud mis mejores recuerdos, y si es cierto que el cielo existe, que estès en el mejor de los lugares. Gracias por todo al querido profesor. Como anècdota, y con todo respeto me permito recordar cuando Polvillo desafió a pelear a Pecille, quien fue caminando haciendo ruidos con sus botas hasta donde estaba el profesor, y entonces el profe no recuerdo què cuento usó para zafar.
Tambièn me acuerdo de cuando contò que habìa peleado con tigres, y que cuando era bebè era rubio pero alguien lo habìa cambiado por un morochito.

¡QUE GRANDE PROFESOR !, hasta siempre.

Estan todos invitados a nuestro grupo:

chumbiada@gruposyahoo.com.ar

Un abrazo

Anónimo dijo...

Estábamos leyendo en clase "Cuentos de la selva", y quien hasta ese momento era solo Gustavo Pérez, le tocó leer un párrafo que decía algo de un tal Ratón Pérez.
Y le quedó nomas.
Con el tiempo paso a ser LA RATA.
Y después CITY.

elerlich dijo...

De la RATA a CITY me perdí.